Pepe Rubianes o las insensateces del encefalograma plano
La incapacidad de ponerse en la piel del otro
No ha sido pequeña la polémica desatada por el Ayuntamiento de Madrid al contratar nada más y nada menos que para el Teatro Español -subvencionado con dinero público- a un tipejo que se autodenomina cómico, pero que para hacer reír al personal tiene que decir -en este caso, en la televisión catalana- cosas como estas:
que se vaya a la mierda la puta España
que se metan a España por el puto culo
a mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás ...
En definitiva, el tal Rubianes, una especie de aprendiz de guionista de telebasura -eso sí, de telebasura versión nacionalista-, aprovechándose de la coyuntura que se vive en Cataluña se hace el machote porque sabe que será sacado a hombros del programa de televisión.
Y la gente, por supuesto, se moría de risa.
Eso lo dice en TV3, para individuos de su mismo nivel y forma de pensar.
Lo más curioso del caso, es que una vez despedido el tiparraco del Teatro Nacional, empiezan ahora en Cataluña con la matraca de que si censura, de que si fascismo, de que si no sé qué.
Por ejemplo, la Junta del Colegio de Directores de Cine de Cataluña, una de esas cientos de ridículas instituciones culturales que existen en esta región, únicamente creadas para hacer país, y vivir a lo grande de las subvenciones que se reparten entre ellos los nacionalistas, piden que se erradique la censura institucional en el mundo de la cultura.
Desde luego, en manifestaciones como estas queda bien patente que la cultura en Cataluña no es otra cosa que un chupar del bote con la excusa del nacionalismo, y que está a años luz del ambiente cultural de Madrid, infinitamente por delante de la capital catalana en todos los sentidos.
Barcelona es una ciudad internacional, pero en el aspecto cultural -y en el educativo- es un pueblucho. Por muchas iniciativas como el Forum que pretendan dar otra imagen en el exterior, y que no serán las que la saquen a esta tierra del ombliguismo y del analfabetismo nacionalista.
Pero todos aquellos nacionalistas que ahora hablan de censura -y que son los mayores censores, pues no tienen otro pito que tocar-, deberían ponerse en la piel del otro -lo cual es totalmente imposible, pues el nacionalismo victimista se fundamenta en un narcisismo llorica-. Por ejemplo, señores que defienden a Rubianes, dígannos qué pensarían de un autor o cómico español que dijera en la televisión española en horario de máxima audiencia:
que se vaya a la mierda la puta Cataluña
que se metan a Cataluña por el puto culo
a mí la independencia de Cataluña me suda la polla por delante y por detrás ...
¿Seguro que lo contratarían para la próxima temporada del Teatro Nacional de Cataluña, o para que haga unas piruetas bailando unas sardanas en la Diada?
¿A que sí?
Pues lamento decirles que no. No lo contratarían. Más bien al contrario, lo apalearían, como se hace aquí con quien discrepa -aunque sea levemente- de la construcción nacional.
Porque aquí, los que más triunfan son los que insultan a España o los etarras que dan conferencias en las universidades catalanas. Ese es el secreto del éxito y el ambiente cultural y académico más reconocido y respetado.
Respecto a Rubianes, ojalá que su carrera esté acabada en todo el territorio español hasta el fin de los tiempos, aunque siempre le quedará Cataluña para seguir haciéndose el gracioso y poder llenarse los bolsillos practicando un estilo de humor irrespetuoso con las personas, rupturista y xenófobo.
No ha sido pequeña la polémica desatada por el Ayuntamiento de Madrid al contratar nada más y nada menos que para el Teatro Español -subvencionado con dinero público- a un tipejo que se autodenomina cómico, pero que para hacer reír al personal tiene que decir -en este caso, en la televisión catalana- cosas como estas:
que se vaya a la mierda la puta España
que se metan a España por el puto culo
a mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás ...
En definitiva, el tal Rubianes, una especie de aprendiz de guionista de telebasura -eso sí, de telebasura versión nacionalista-, aprovechándose de la coyuntura que se vive en Cataluña se hace el machote porque sabe que será sacado a hombros del programa de televisión.
Y la gente, por supuesto, se moría de risa.
Cuando el humor se fundamenta en insultar indiscriminadamente a todo un pueblo
Claro que eso no lo dice en Madrid, ni en Santander, ni en Sevilla, ni siquiera en Valencia.Eso lo dice en TV3, para individuos de su mismo nivel y forma de pensar.
Lo más curioso del caso, es que una vez despedido el tiparraco del Teatro Nacional, empiezan ahora en Cataluña con la matraca de que si censura, de que si fascismo, de que si no sé qué.
Por ejemplo, la Junta del Colegio de Directores de Cine de Cataluña, una de esas cientos de ridículas instituciones culturales que existen en esta región, únicamente creadas para hacer país, y vivir a lo grande de las subvenciones que se reparten entre ellos los nacionalistas, piden que se erradique la censura institucional en el mundo de la cultura.
Desde luego, en manifestaciones como estas queda bien patente que la cultura en Cataluña no es otra cosa que un chupar del bote con la excusa del nacionalismo, y que está a años luz del ambiente cultural de Madrid, infinitamente por delante de la capital catalana en todos los sentidos.
Barcelona es una ciudad internacional, pero en el aspecto cultural -y en el educativo- es un pueblucho. Por muchas iniciativas como el Forum que pretendan dar otra imagen en el exterior, y que no serán las que la saquen a esta tierra del ombliguismo y del analfabetismo nacionalista.
Pero todos aquellos nacionalistas que ahora hablan de censura -y que son los mayores censores, pues no tienen otro pito que tocar-, deberían ponerse en la piel del otro -lo cual es totalmente imposible, pues el nacionalismo victimista se fundamenta en un narcisismo llorica-. Por ejemplo, señores que defienden a Rubianes, dígannos qué pensarían de un autor o cómico español que dijera en la televisión española en horario de máxima audiencia:
que se vaya a la mierda la puta Cataluña
que se metan a Cataluña por el puto culo
a mí la independencia de Cataluña me suda la polla por delante y por detrás ...
¿Seguro que lo contratarían para la próxima temporada del Teatro Nacional de Cataluña, o para que haga unas piruetas bailando unas sardanas en la Diada?
¿A que sí?
Pues lamento decirles que no. No lo contratarían. Más bien al contrario, lo apalearían, como se hace aquí con quien discrepa -aunque sea levemente- de la construcción nacional.
Porque aquí, los que más triunfan son los que insultan a España o los etarras que dan conferencias en las universidades catalanas. Ese es el secreto del éxito y el ambiente cultural y académico más reconocido y respetado.
Respecto a Rubianes, ojalá que su carrera esté acabada en todo el territorio español hasta el fin de los tiempos, aunque siempre le quedará Cataluña para seguir haciéndose el gracioso y poder llenarse los bolsillos practicando un estilo de humor irrespetuoso con las personas, rupturista y xenófobo.
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