La lengua española intenta ser definitivamente eliminada de la educación en Cataluña
En un artículo publicado hoy por el diario el Mundo (reproducido íntegramente en la parte final de esta entrada) se explica cómo el partido independentista PSC - Partido Socialista de Cataluña - hace todo lo posible por erradicar definitivamente el idioma español de la educación catalana, no sólo de las aulas, sino de todo el entorno educativo.
Mientras tanto, los políticos socialistas catalanes, como José Montilla, llevan a sus hijos a estudiar al exclusivo Colegio Alemán -sin apenas educación en catalán-, en Esplugues de Llobregat.
LAS CLAVES DE UNA EDUCACIÓN FANATIZANTE EN CATALUÑA:
- La matrícula de los niños de educación infantil y primer ciclo de primaria continúa incumpliendo la Ley, la cual especifica claramente que para estas edades debe existir una casilla donde se pregunte a los padres cuál es el idioma en el que desean que se eduque a sus hijos, ya sea español o catalán.
Una reciente sentencia de los tribunales obliga a la Generalidad a que exista esta casilla. En cambio, la Generalidad, interpretando la sentencia a su conveniencia ha incluido un mini texto con letra semi invisible al pie de página de la matrícula donde se informa de que los padres con niños en infantil y primer ciclo de primaria que deseen educación en español para sus hijos deben solicitarla expresamente al director del centro después de formalizada la matrícula.
Desde aquí animamos a todos los padres españoles, latinos, o inmigrantes de otros países que deseen un futuro mejor para sus hijos a que hagan valer esta opción. Seguramente no conseguirán nada tampoco, pues les dirán que no hay medios suficientes, pero al menos debe intentarse. Y si queda por escrito y sellado, mejor.
- El artículo de El Mundo contiene una inexactitud imperdonable, puesto que afirma que en todo el currículo educativo únicamente la lengua y literatura españolas se impartirán en español. Esto en muchos centros no se ajusta a la realidad, puesto que la lengua y literatura españolas (2horas/semana) se imparten en catalán, con la clara intención de que los niños no aprendan nada. En cambio, la asignatura de lengua inglesa (3horas/semana) sí que se imparte totalmente en inglés.
- En los centros educativos catalanes se elude pronunciar la palabra España, que ha sido eliminada de la mayoría de los libros de texto de sociales e historia. Cataluña aparece todo el tiempo como un país independiente que está rodeado del País Valenciano, Aragón, y el estado Francés. En la mayoría de los casos sólo se habla de España para afirmar que es el enemigo invasor / opresor.
- Los responsables del partido independentista socialista de Cataluña, como José Montilla y otros muchos, llevan a sus hijos a estudiar al colegio alemán, donde todas las clases son en español, inglés y alemán. En estos centros el catalán apenas existe. Estos centros internacionales, que cobran por cada niño una media de 800 euros / mes son los únicos que en estos momentos ofrecen educación en español en toda Cataluña.
De esta forma, los hijos de los políticos y de las clases altas consiguen una educación de calidad para sus hijos, mientras que obligan a los hijos de todos los demás a someterse a un proceso de inculturación, lavado cerebral y provincianismo en grado sumo.
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Luchemos por una educación con dos modelos educativos en Cataluña:
-Bilingüe, español / catalán, al 50%.
-Sólo en catalán, para quien así lo desee.
A CONTINUACIÓN, ARTÍCULO ÍNTEGRO PUBLICADO POR EL DIARIO EL MUNDO EN TODAS SUS EDICIONES -TAMBIÉN EN LA PORTADA DE LA EDICIÓN DE CATALUÑA- EN EL DÍA DE HOY:
LA GENERALITAT REDUCE TODAVÍA MÁS LA ENSEÑANZA DEL CASTELLANO EN CATALUÑA
Una circular de la Consejería de Educación, controlada por el PSC, insta a los profesores a dedicar al catalán las horas que, en tiempos de ERC, podían darse en castellano - El 90% del programa se imparte sólo en catalán (DANIEL G. SASTRE - BARCELONA)
Los niños catalanes de seis a ocho años cursarán 1.435 horas lectivas -sin contar la asignatura voluntaria de Religión- durante el ciclo inicial de la enseñanza primaria, de las cuales sólo 140, ni siquiera un 10%, se impartirán en castellano. La clase de Lengua y Literatura castellana es la única que se dará en ese idioma, como es habitual desde que los gobiernos de CiU se decidieron por el modelo de inmersión lingüística. Lengua y Literatura catalana, Conocimiento del medio social, cultural y natural, Música, Educación visual y plástica, Educación física y todas las actividades de recreo se impartirán en catalán.
En este nuevo curso, además, las instrucciones enviadas a los centros educativos públicos de educación infantil y primaria instan incluso a que las 105 horas que deben destinarse a los Contenidos y estructuras lingüísticas comunes en catalán y castellano en los dos primeros años de enseñanza se impartan solamente en catalán, que sigue erigiéndose como lengua vehicular de todo el proceso educativo.
De hecho, la primera prioridad del Departamento de Educación y Universidades de la Generalitat, que pasó de estar en manos de la republicana Marta Cid al socialista Joan Manuel del Pozo cuando Esquerra fue expulsada del Govern, sigue siendo la de «consolidar la lengua catalana como lengua de aprendizaje y de comunicación en las actuaciones docentes y administrativas de los centros».
El inicio del nuevo curso escolar en Cataluña viene otra vez marcado por las protestas de diversas asociaciones que piensan que la Generalitat no ha atendido a ninguna de sus quejas. Ni se ha facilitado la primera enseñanza en lengua materna cuando ésta es el castellano, ni se ha eliminado la controvertida figura del coordinador lingüístico -que los críticos con la política educativa gubernamental llaman «comisarios»- lo que, en su opinión, contribuye a la «imposición coactiva del monolingüismo en una sociedad bilingüe».
El objetivo es que el catalán se establezca «normalmente como lengua vehicular y de aprendizaje» en todas las actividades «internas y externas» de la comunidad educativa, lo que incluye tanto las exposiciones de los profesores como el material didáctico, las reuniones y las comunicaciones con los padres de los alumnos.
La voluntad de la Generalitat no se limita a que los colegios se afiancen como un elemento de cohesión social, sino que pretende que el uso del catalán se extienda también fuera de las paredes de los centros educativos. Eso parece desprenderse de otro inextricable párrafo incluido en las instrucciones enviadas a las escuelas catalanas, que pide que se «garantice que las metodologías y los agrupamientos del alumnado favorezcan las interacciones para mejorar el aprendizaje y el uso de la lengua catalana, potenciando actividades de uso de la lengua no directamente relacionadas con la actividad ordinaria del centro».
Las mismas instrucciones sí incluyen este año un requerimiento específico a los colegios para que aseguren «que los niños de educación infantil y del ciclo inicial de educación primaria cuyos padres soliciten que sus hijos reciban la enseñanza en lengua castellana sean escolarizados en esta lengua mediante atención y apoyo material individualizados». Sin embargo, ésta es una solución que no satisface a quienen reclaman que se cumpla lo dispuesto en la propia Ley de Política Lingüística de 1998 con respecto a ese derecho.
La mayoría de los padres que reclaman que sus hijos reciban la primera enseñanza en castellano se muestran de acuerdo con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña del 5 de diciembre de 2005, que advirtió a la Generalitat de que sería «sumamente fácil cumplir con su obligación» y preguntar a las familias, mediante una casilla en el folleto de inscripción escolar, en qué idioma quieren que se eduquen sus hijos. Sin embargo, el Gobierno catalán se ha negado siempre a introducir esa posibilidad, que para la consejera anterior suponía «abrir la puerta a la segregación lingüística en las escuelas».
«La excusa de la Generalitat para no cumplir con la Justicia es que ha interpuesto un recurso y aún no existe sentencia firme. Este año sí se pregunta acerca de las lenguas que comprende el niño, pero la sentencia no dice eso, sino que se informe acerca de cuál es la lengua habitual», se queja Francisco Caja, presidente de Convivencia Cívica Catalana.
Caja, un veterano de las disputas lingüísticas con la Generalitat, asegura que «hay un grupo de seis padres» que ya han iniciado este curso trámites judiciales contra los postulados educativos de la Generalitat, pero que «cerca de un centenar más» han reclamado el derecho de sus hijos a recibir la primera enseñanza en castellano, aunque aún no han agotado el trámite administrativo previo a la denuncia en los tribunales.
Convivencia Cívica dio a conocer hace unos meses unos datos extraídos del último Informe Pisa, un reputado instrumento evaluador de los sistemas educativos mundiales. En el dossier, se cifraba el fracaso escolar de los niños catalanes castellanohablantes en un desmesurado 42,6%, mientras que los catalanohablantes se quedaban en un porcentaje mucho más bajo del 18,6%.
Francisco Caja atribuye «al menos un 9%» de ese porcentaje al modelo lingüístico de la Generalitat, que, según él, imposibilita de facto que los padres puedan ejercer su derecho a elegir el castellano como lengua vehicular para los primeros años de sus hijos en la escuela.
La asociación que preside también denuncia que el «Plan para la lengua y la cohesión social», que aprobó hace algunos meses el Gobierno tripartito de la Generalitat de Cataluña, «supondrá un coste económico de 35.300.263,15 euros anuales (más de 5.000 millones de pesetas)».
Además, asegura que expresiones muy recurrentes en el texto, como «consolidar la lengua catalana y el aranés, si procede, como eje vertebrador de un proyecto plurilingüe», son «contradictorias en sus términos» y «dan clara idea del engaño y la voluntad torcida de sus autores».